martes, 20 de noviembre de 2007

Ayer llovió muchísimo. Era un día demasiado perfecto para ver películas recostada en un sillón. No podía negarme. Santiago me invitó a su casa y pasé la tarde con él a pesar de haberle prometido a mi papá quedarme en casa a esperar un paquete. Me llamó cerca de las 8 de la noche cuando recién empezaba a oscurecer y tuve que volver a casa. No estaba tan enojado como parecía por teléfono. Incluso sugirió que podría haber invitado yo a Santiago. No se me habría ocurrido. Esta amistad es todavía muy nueva. Quedé con Santiago en estudiar biología el jueves… podría decirle si quiere venir él a mi casa esta vez.

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