viernes, 29 de febrero de 2008

No puedo creer lo que voy a escribir. Damián es una excelente persona. Sin saberlo, resultó ser un amigo de hace años de uno de mis amigos más cercanos. Incluso sus padres han trabajado juntos y no sé qué más.
Al principio no quise ir al partido, pero no pude inventar una excusa creíble y fui. Y bueno... Damián es genial. Si no fuera porque

jueves, 28 de febrero de 2008

Está saliendo con Damián... eso dijo. 
Por más que quería decirle algo, todo lo que pensaba me sonaba incorrecto, así que le dije que era mejor que volviéramos... para que no llegues tarde a tu cita, Virginia.
Hoy salí con Santiago, fuimos al centro comercial a comprar los libros para nuestro último año de secundaria. Al comienzo lo noté raro.. como si algo le molestara, pero prefiriera no decírmelo. No hablamos hasta subirnos al micro que nos llevaba al centro, y ya sentados, Santiago me preguntó cómo estaba mi “nuevo amigo”. No tardé en arrepentirme en haber aceptado ir de compras con él. ¡Sonaba tan celoso!
Pasamos todo el día juntos, y por suerte no volvió a tocar el tema. Estuvo todo bien hasta que propuso ir al cine más a la noche. Le dije que no podía, había quedado con Damián. Y entonces, Santiago hizo mi más temida pregunta.
-¿Estás saliendo con ese chico?
No dije nada por unos segundos. ¡Define “salir”! No estaba “saliendo” con Damián, habíamos salido un par de veces, pero... no estaba del todo segura si le interesaba en ese sentido.
-Sí- dije. No estoy muy segura por qué. Creo que sólo quería molestarlo, que sintiera que me estaba perdiendo..

miércoles, 27 de febrero de 2008

De alguna manera, creo que deseé encontrarme con ella en el colegio. Caminé despacio a dónde iba para tener más posibilidades de encontrármela. Pero no salió cómo lo tenía planeado. Terminamos discutiendo y ni siquiera sé por qué... sólo le pregunté qué tal se estaba llevando con el chico aquel. Le pedí disculpas. La invité a tomar algo y me dijo que no podía... que ya había quedado con "él". Sentí que no la iba a ver de nuevo hasta dentro de unos días (quizás hasta el inicio de clase) así que le propuse ir a comprar los útiles juntos mañana. Luego de pensarlo unos instantes, me dijo que mañana sí estaba libre. Quedamos a las 10 am frente a nuestras casas.

martes, 26 de febrero de 2008

Volvió Santiago. A veces no puedo evitar cuestionarme sí en verdad somos amigos. Parece tan celoso cuando me ve con Damián. No sé qué pensar.
Hoy desperté más tranquilo. Creí que había exagerado las cosas. Fui a buscarla de nuevo a su casa para preguntarle qué pasaba. Y vaya sorpresa. Esta vez, me abrió el chico ese... parece que ahora son bastante cercanos.

lunes, 25 de febrero de 2008

No entiendo qué está pasando, pero me molesta. Volví ayer cerca de las 5 pm. Fui a comprar unos refrescos al centro y, cuando volvía, vi a Virginia hablando -muy animada, por cierto- con un chico. Había olvidado su sonrisa. Creo que la extrañaba. No le di mucha importancia, y seguí mi camino sin que me vieran. Alrededor de las 9 pm saludé a Virginia por la ventana de mi cuarto, pero no me devolvió el saludo. La llamé, pero tampoco me respondió. Hoy temprano fui a buscarla a su casa. Me abrió su padre y me dijo que Virginia no quería hablar con nadie. El aspecto de la expresión de su padre me hizo suponer que había pasado algo relativamente grave. Sin embargo, unas horas más tarde, vi cómo el mismo chico de ayer fue a buscarla a su casa y, esta vez, abrió Virginia, saludó, y comenzaron a caminar. Me dio sed y decidí ir a comprar algo. Y los vi de nuevo. Esta vez, conversando dentro de la cafetería. Y -no sé por qué- su sonrisa comenzó a parecerme molesta.

lunes, 18 de febrero de 2008

Hoy, aburriéndome demasiado en mi habitación… decidí superar el hecho de que Santiago esté desaparecido y salí a caminar escuchando música. A las pocas cuadras me detuve en una librería de libros usados que me encanta. Siempre que necesito despejarme voy ahí, hay algo en el ambiente que me relaja. Habían pasado menos de diez minutos cuando decidí irme. Increíblemente ni siquiera ese lugar que sentía tan mío podía hacerme sentir mejor. No terminaba de entender qué era lo que me amargaba tanto. Sin dudas me molestaba que hubiera desaparecido sin avisar, pero por otro lado.. supongo que hasta hoy me sentía (más) importante para él. Quizás era una cuestión de orgullo lo que me tenía de malhumor; no podía estar extrañándolo..
Prosigo: Salí de la librería y seguí caminando. Estaba llegando al centro cuando alguien me tocó el hombro mientras miraba la vidriera de un local de música. Miré hacia mi derecha y me sorprendió ver una cara desconocida. Últimamente me había acostumbrado a ver siempre a la misma gente viviendo en un pueblo tan chico. Me quité los auriculares para saludar al chico parado a mi lado. Tenía unos ojos… perfectos. Eran de un verde intenso en los que me perdí por unos segundos. Tenía una mirada definitivamente seductora, tan intensa que definitivamente me olvidé de Santiago por un momento. Ojalá hubiera durado más, no tardé en volver a sentir esa amargura que me invadía hacía días.
-Disculpa, ¿cómo te llamas?
Su voz también era perfecta, tan perfecta que sentí nervios al responderle.

Damián. 17 años. Estudiante del último año de secundaria. Futuro compañero. Alto, pelo castaño claro, casi rubio. Ojos de un verde increíble. Quedamos en salir mañana, voy a hacerle de guía por el pueblo, después de todo me sentí algo identificada con su historia. Chico nuevo, chica ya no tan nueva.. no suena mal. En este momento necesito distraerme para dejar de pensar en Santiago, y Damián parece la perfecta distracción..

domingo, 17 de febrero de 2008

Domingo a la noche, sigo sin saber nada de Santiago. ¿Se habrá ido de viaje por el fin de semana? No puedo creer que no me haya avisado, sobre todo después de pasar San Valentín juntos.
Cambiando de tema, hoy a la tarde salí a dar una vuelta y vi un camión de mudanzas estacionado frente a una casa de familia a unas pocas cuadras de la mía. Me intriga saber quiénes se están mudando al pueblo. Me pareció ver a un chico de mi edad.

sábado, 16 de febrero de 2008

Ayer fui a ver a Santiago para invitarlo al cine, pero aparentemente no había nadie en la casa. Hoy volví a pasar, pero las ventanas continúan cerradas. Me pregunto dónde estará. Mañana voy a intentarlo de nuevo.
Ayer desperté por un grito: “Santiagooooo... ya nos vamos”. Olvidé programar mi alarma. O quizá sonó y no la escuché. En mi desesperación para que no me dejen, olvidé dejarle la nota a Virginia avisándole que iba a venir a la casa de mis tíos por una semana. En el carro me tranquilicé porque podía llamarla desde mi celular. Y lo palpé en mi bolsillo mientras el carro me separaba cada vez más del lugar en que, supuse, dormía Virginia. Cuando llegué a casa de mis tíos me di cuenta de dos cosas. Primero, que a mi celular se le había acabado la batería. Segundo, que olvidé algo: mi cargador. Mi celular estará sin poder prenderse hasta que vuelva.

viernes, 15 de febrero de 2008

Viernes 15 de febrero post San Valentín y sigo viva =)
Ayer bajé a sentarme con Santiago en las escaleras y uno actuó más raro que el otro. Ninguno sabía qué decir. Por mi lado, yo no quería reclamarle que había estado completamente desaparecido en los últimos días, y él parecía que quería disculparse pero no se animaba. De todas formas estoy un poco más contenta. Al menos vino a verme. Terminamos viendo los fuegos artificiales juntos, en silencio obviamente. No me gusta para nada esta sensación de que las cosas no son como antes.
Quizás esta noche le pregunte si quiere ir a ver una película. Sí, definitivamente voy a hacerlo. Es la salida perfecta dado que apenas tendríamos que hablar, al menos al principio en el cine.
No puedo dormir. 3:13am. Faltan menos de 4 horas para que tenga que salir hacia la casa de mis tios. Ayer pude ...no fue "hablar".. pero al menos fue mirarnos. No encontraba cómo iniciar mis disculpas, así que al final me quedé en silencio. Mañana antes de partir pasaré por su casa o le dejaré una nota. ¿Mañana? Quise escribir "más tarde". En fin...

jueves, 14 de febrero de 2008

San Valentín, mi día más deprimente y odiado del año. En 17 años nunca pasé San Valentín con un chico. Cuando vivía en la ciudad tenía una especie de tradición con mis amigas. Todos los 14 de febrero nos juntábamos en la casa de alguna de las chicas, alquilábamos muchas películas de terror y encargábamos pizza y, obviamente, helado.. mucho helado.
No quiero estar sola este año. Extraño muchísimo a mis amigas y me pone todavía peor no entender por qué Santiago no me habla.
Ya empieza a anochecer.. encerrada en casa intentando pensar en algo que logre distraerme, que me haga sentir menos sola.
Y miro por la ventana y veo a Santiago sentado en las escaleras del porche de mi casa. Y cada vez lo entiendo menos. Debería bajar supongo..

martes, 12 de febrero de 2008

Aburrida en casa, haciendo un rompecabezas en el piso de mi cuarto, escuchando música.. y pensando en por qué no me llama!! No entiendo a los chicos. O quizás sólo sea él el problema.

lunes, 11 de febrero de 2008

El viernes en el cine tropecé y me lastimé el tobillo. Todavía no puedo caminar bien. Por otro lado, el letrero de "Se vende" de la casa del centro ya no está. Parece que se muda alguien. Cuando pueda caminar mejor iré a buscar a Virginia

sábado, 9 de febrero de 2008

Ayer pasé por la casa de Santiago. Estaba tan distante. Le pregunté si quería salir y me dijo que no podía, que estaba por verse con los amigos. Me molestó un poco que ni siquiera propusiera dejarlo para otro día. No entiendo qué le pasa. De lo único que estoy segura es que ahora voy a esperar a que él se acerque. No quiero insistirle.

viernes, 8 de febrero de 2008

Virginia vino a buscarme. Se acaba de ir. Estuve a punto de decirle para juntarnos a ver los fuegos artificiales antes de irme, pero me pregunto si estaba libre para salir a tomar algo. Le tuve que decir que no. Hace unos minutos me llamaron los amigos del colegio para juntarnos y ver una película. Traté de quedar para otro día, pero me pareció que Virginia se habia molestado por no poder salir con ella y decidí dejarlo ahí.
Ya pasaron varios días desde que volvimos del viaje y no he visto a Santiago ni una sola vez. Hoy voy a pasar por su casa y preguntarle si quiere hacer algo. Me resulta tan extraño que después de haber pasado un mes juntos no nos veamos en días.
No me animo a llamarla... !
El 15 me voy por una semana. Quiero verla antes de eso

sábado, 2 de febrero de 2008

Volvimos hace unas horas. Debo haber dormido la mayor parte del viaje. Desde que llegamos a la estación y Santiago me despertó, lo noté algo raro… como incómodo.
En fin, de vuelta en casa. Algo triste… aunque mirando el lado bueno, todavía me queda un mes de vacaciones.
No me atrevía a despertarla. ¿Qué le iba a decir? ¿Virginia, estás durmiendo sobre mi hombro? Bahh.. Luego de pensar y pensar, decidí relajarme. Trate de dormir yo también, pero no pude. Aunque había planeado dormir en el viaje de vuelta por el cansancio acumulado de todo el mes, no tenía ni un poquito de sueño. Con ella durmiendo sobre mi hombro... no sé, simplemente no podía dormir.
Afortunadamente, Virginia se despertó justo al llegar a nuestra parada. Mientras se estiraba, todavía con los ojos cerrados, me preguntó si había pasado algo. SÍ HABÍA PASADO ALGO. Sin estar seguro si era una pregunta indirecta o no (estaba alucinando, lo sé) le dije que no, que no había pasado nada.
Luego de eso, caminamos hasta la casa de Virginia. Y, hasta el segundo en que cerró la puerta, quise decirle para vernos al día siguiente. Supongo que la llamaré o le gritaré por la ventana... lo último mejor no: su padre puede ser quién escuche mis gritos..

viernes, 1 de febrero de 2008

Última noche del campamento. Partimos mañana. No puedo estar más triste. Sigo reconsiderando ir a la fogata… todavía tengo tiempo. Quiero despertarme y que recién esté empezando enero. No puedo aceptar que esté terminando el campamento. Definitivamente este verano había fue el más especial en los últimos años. En cierto modo fue justo lo que esperaba, pero al mismo tiempo me sorprendí al descubrir un lado mío que no conocía. Soy tan diferente estando con Santiago. Me siento tan viva, tan libre de ser quien soy. Es mi mejor amigo. Tengo miedo de que la vuelta a clases lo cambie todo. No quiero perder esto que tenemos. Quisiera animarme a hablarlo con él, pero no sería capaz de decirle lo mucho que me importa.