domingo, 30 de septiembre de 2007

Hoy como nunca, desperté temprano. Escuché unos pasos afuera de mi casa pero me dio flojera ver ...seguro era un despistado que no sabia que era domingo (¡porque los domingos se duerme hasta tarde!)
Hoy es el último día de vacaciones. Mañana volvemos para la última parte del año. Lo bueno de esta última parte es que todo ya es más relajado ...hasta los profes ya están con ganas de clausura ...bueno, casi todos.
Me ha invadido la crisis pre-clases ...¿habrá algún trabajo que no recordé?¿alguna tarea?¿alguna promesa?
En fin, supongo que mañana lo sabré.
Y ahora que recuerdo: no arreglé el cierre de mi mochila, supongo que mañana tendré que llevar mis cosas en la mano.
Segundo día de mi nueva vida. Domingo: me levanto temprano, Maddie acurrucada en el sillón, mi papá durmiendo en su cuarto. Me cambio en un silencio absoluto, tomo las zapatillas con una mano y bajo descalza intentando no hacer ruido. Dejo una nota sobre la mesa del comedor y salgo en puntillas cerrando la puerta detrás de mí. Me siento en las escaleras del porche de entrada para calzarme. Siento el fresco de la mañana y me arrepiento de no haber llevado un abrigo conmigo. Me cruzo de brazos, bajo las escaleras y salgo a la calle.


Camino hacia el centro del pueblo. Hay algunos locales de ropa, una Iglesia, un único colegio, más casas, tiendas, un mercado, en fin… lo básico.

Quisiera conocer a alguien!! No sé que hacer. Hace un rato volví medio aburrida, me puse a escribir.


Mañana ingreso a la escuela. Estoy un poco nerviosa. Quiero distraerme urgentemente.

sábado, 29 de septiembre de 2007

¡Que cansado que estoy! Ayer me quedé hasta tarde y hoy me tuve que despertar a las 7:00 a.m. para ir con mis amigos al bosque a buscar algo (en vano fuimos ...ir al bosque a buscar algo que ni sabíamos que era ...que desperdicio)
Cuando volvimos algo llamó mi atención, un carro que nunca había visto lleno de cosas estaba yendo rumbo al centro del pueblo. Me pareció que había una chica dentro, pero no estoy seguro. Sin embargo, cuando llegué a mi casa vi el mismo auto, pero ya más vacío. Vecinos nuevos. No me interesa quienes sean. Seguro es una familia aburrida.
El día continuó sin mayor sobresalto, me la pasé viendo televisión. Cuando quise descansar un poco no pude. Al costado estaban, al parecer, clavando algo. Golpeaban y golpeaban, mientras esperaba que se calmara el ruido de los vecinos, me llamaron a comer. Comí, subí y ahora estoy a punto de terminar el día. Espero que mañana los vecinos se callen y dejen descansar.

Segundo día del blog. Llegué. No se que contar primero. Me levanté antes que amaneciera para recorrer una vez más mis calles. Me resultó tan extraño ese paseo. Por dentro quería llorar, pero el ambiente primaveral era tan alegre que me hizo sonreír. Aparte prefiero tener un último recuerdo feliz a estar lamentándome, porque voy a dejar de ver a mis amigos. Volviendo a mi relato… apenas salió el sol cargamos el auto y partimos. No hablé mucho en el viaje. Horas y horas escuchando música con Maddie sobre mi falda. Maddie es mi gata blanca. La tengo hace algunos meses... mi compañía preferida. Llegamos para el fin de la tarde, ya empezaba a oscurecer. Mientras nos adentrábamos cada vez más en el pueblo iba pensando que el lugar no estaba nada mal. Me imagino perfectamente acá. Siento que me voy a adaptar fácilmente… ojalá.

Cuando vi la casa de lejos me sorprendí. No la imaginaba tan cálida. Ya amueblada sólo tuvimos que acomodar nuestras cosas. Me bajé del auto, tomé una caja con pertenencias y subí las escaleras a mi cuarto. Era lo que más me importaba. Después tendría tiempo para recorrer el resto del lugar. Había espacio suficiente, en verdad no podía quejarme de nada. Era ideal. Maddie se acomodó al instante sobre el colchón y se hizo un ovillo a los pies de la cama. Me senté junto a ella y suspiré. No tenía ánimos para moverme. Apenas me quedaba algo de energía así que me recosté y cerré los ojos hasta oír mi nombre minutos después. Bajé para ayudar a traer las cosas que quedaban y luego de una cena rápida subí a mi habitación nuevamente. Encendí la computadora y acá estoy, escribiendo. Ya me voy a dormir. Estoy muy cansada. Mañana tengo que terminar de acomodar mi cuarto y otras habitaciones más.

viernes, 28 de septiembre de 2007

Todavía no estoy seguro de porqué escribo. En la clase nos dijeron que era bueno para mejorar la ortografía y caligrafía, pero no creo que esa sea mi razón, como siempre hago las cosas sin saber exactamente por qué.
Ahora al menos voy a tener algo más qué hacer en la computadora, además, creo que es bueno escribir para tener los hechos que han pasado. Tal vez dentro de un tiempo necesite saber qué fue lo que pasó, y desde cuando empezó (porque hay veces que uno no se da cuenta cuando es que comienzan a pasar cosas grandes).

No se cómo empezar mi historia, especialmente porque todavía no comienza. Casi es medianoche y no tengo nada mejor que hacer que sentarme frente a la computadora con una taza de café y reflexionar sobre mí. Este es mi primer intento de blog en 17 años. Honestamente no sé que espero lograr, quizás descubrirme un poco más. Equivocarme muy seguido es uno de mis mayores defectos. Siento que nunca entiendo en qué me equivoco, porque cometo los mismos errores de nuevo. No estoy segura de contar sobre mi pasado. La idea es empezar desde cero. Aprovecho esta noche para escribir, porque en unas horas me mudo con mi papá a un pueblo en las afueras… y la computadora es lo único que no empaqué. Hoy en especial me siento muy sola. Mi vida entera, toda mi historia, se remonta a esta cuidad. Es difícil empezar algo nuevo, pero supongo que sólo va a ser algo desconocido las primeras veces. No quiero pensar mucho las cosas: por primera vez voy a esperar que surjan y dejarme llevar.

Capítulo 1