jueves, 27 de diciembre de 2007
martes, 25 de diciembre de 2007
Ayer fue un día corto: al igual que hoy también me levanté tarde, luego salí a caminar y volví unos minutos antes de que Santiago golpeara en mi puerta. Estuvimos juntos hasta que empezó a oscurecer. Cuando se fue me quedé pensando en él... nunca había notado que tenía pecas.
Feliz navidad.
Ayer pasé un rato a saludar a Virginia. Le compré unas galletas (espero le hayan gustado). Ella me invitó a tomar un poco de chocolate que acababa de hacer. Estaba delicioso. Lo malo fue que me ensucié el pantalón. Lo traté de ocultar, espero que Virginia no se haya dado cuenta.
En la noche la pasé con toda mi familia. Vinieron mis abuelos, mis tíos y mis primos... Comimos, hablamos y reímos un poco.
sábado, 22 de diciembre de 2007
martes, 18 de diciembre de 2007
lunes, 17 de diciembre de 2007
sábado, 15 de diciembre de 2007
viernes, 14 de diciembre de 2007
martes, 11 de diciembre de 2007
lunes, 10 de diciembre de 2007
Seguiré pensando para que no le falte nada en el campamento.
viernes, 7 de diciembre de 2007
miércoles, 5 de diciembre de 2007
lunes, 3 de diciembre de 2007
Pensé en Virginia, que seguro se va a aburrir todo el verano en su casa dado que no conoce a casi nadie; sin embargo, no sé por qué no me animo a llamarla...
domingo, 2 de diciembre de 2007
sábado, 1 de diciembre de 2007
viernes, 30 de noviembre de 2007
miércoles, 28 de noviembre de 2007
¡¡Voy a estar libre en las vacaciones!!
Recién escribo porque mi personal tuvo serios problemas estos días... creo que empezó a fallar el día que estudié con Virginia. A pesar de ello, me divertí mucho esa tarde: jamás había reído tanto y comprendido biología al mismo tiempo. La pasé genial con ella.
Empiezo a comparar el primer día que la vi con ayer, que fue nuestro examen. Definitivamente nos hemos vuelto muy buenos amigos: me alegro de haberla conocido.
jueves, 22 de noviembre de 2007
martes, 20 de noviembre de 2007
lunes, 19 de noviembre de 2007
No debí mirar por la ventana, porque fue así que vi a Virginia en su cuarto, le hice señas de bajar y luego de ir a su porche corriendo (para no mojarme mucho ...la lluvia estaba intensa) la invité a mi casa a ver una película.
Espero que ella la haya pasado tan bien como yo. Aunque no creo. Se asustó con algunas escenas de la película mientras yo sonreía. Creo que daba más miedo por el sonido de las gotas de la lluvia que chocaban contra la ventaba.
Quedamos en estudiar biología el jueves. Ojalá no nos vaya tan mal como con el trabajo en el bosque.
domingo, 18 de noviembre de 2007
Necesito escribir sobre ayer a la noche. Eran cerca de las 10 pm cuando Santiago me llamó por teléfono. Fue completamente inesperado. No imaginé que querría seguir hablando luego de haber pasado toda la tarde juntos. Conversamos por horas y fue tan mágico. Hablamos de nuestros pasados, planes futuros, sueños, miedos, deseos, me contó historias del pueblo, y cuando nos estábamos despidiendo me preguntó si querría estudiar biología con él en la semana. Después de cortar intenté dormirme, pero aunque estuviera cansada no podía conciliar el sueño. Me quedé leyendo en la cama, pero me costaba concentrarme. Todavía no podía creer que nos hubiéramos vuelto amigos en tan sólo unos días. Cansada de leer la misma línea por quinta vez sin encontrarle sentido alguno, me paré y me acerqué a la ventana. Vi como las cortinas de la habitación de Santiago terminaban de cerrarse. Apoyé una mano sobre el vidrio, pero fue inútil.
sábado, 17 de noviembre de 2007
Sábado, las 09:00 pm y recién ahora empieza a anochecer. Hoy fui al colegio a la tarde para la devolución de notas de los exámenes finales. Malas noticias: debo rendir biología en diciembre junto a 7 compañeros más (entre ellos Santiago). Cuando lo vi en la entrada me acerqué a saludarlo, y no sé por qué, pero por un momento me puse nerviosa. Ayer apenas habíamos hablado, lo que me alteró todavía más. Después de la tarde del jueves no sabía qué esperar. Quiero que seamos amigos, pero me preocupa que se sienta incómodo. Quizás pienso mucho las cosas, pero tengo miedo de que se sienta presionado si me acerco a saludarlo cada vez que lo veo. Tengo la impresión de que el otro día en el lago le di a entender que quería más atención y compañía suya. En fin, mientras me acercaba, justo cuando creí que iba a empezar a temblar por los nervios, Santiago sonrió y me preguntó si quería ir a tomar algo. Fuimos a una heladería que había abierto hace poco en el centro del pueblo. Pedimos unas malteadas y hablamos por horas. Hacía mucho tiempo que no sentía tan cómoda con alguien siendo yo misma.
El jueves, luego del examen de física, vi a Virginia un poco decaída. Pensé que se le iba a pasar, pero al salir (mientras hablaba con unos amigos sobre el viaje que planeamos para vacaciones) la vi caminando sola. Me despedí de ellos y fui tras ella para preguntarle qué tal le había ido en el examen. Débilmente me dijo “bien”. Me devolvió la pregunta y le tuve que decir la verdad: “No me fue extraordinariamente…pero sí apruebo”.
El silencio se instauró en nosotros luego de saber cómo nos había ido ese día. Traté de hablar, pero antes de abrir la boca me decía interiormente que mejor debía permanecer callado. Me sentí muy incómodo con el silencio, y fue por ello, que sin pensarlo mucho, la agarré de la mano y empecé a correr. Decidí llevarla al lago para que se le suba el ánimo, no me gustó verla triste.
Cuando llegamos, nos sentamos en el muelle mirando el agua. Estuvimos hablando animadamente hasta que empezamos a discutir.
-Santiago-, me preguntó, -¿por qué no hablamos así en el colegio?-
-No seas exagerada-, le dije, -en el colegio sí hablamos.-
Me miró disgustada mientras me decía que desde que me contó lo de su mamá no habíamos cruzado más de dos oraciones seguidas.
-Escucha Virginia-, le dije tratando de tranquilizarla, -es por eso que te traje acá, para poder hablar lo que no hemos podido hablar en el colegio.-
No sé si lo dije mal o ella se lo tomó erróneamente. El hecho fue que Virginia (muy enojada) se paró mientras me preguntaba si sólo era su amigo cuando estábamos solos, lejos de las miradas de otros. Negué eso rotundamente, pero ya no me estaba escuchando.
No pude reaccionar rápidamente cuando vi que resbaló. Tampoco pude aguantar mi risa cuando oí su grito mientras caía al agua. Aún tratando de no reírme; me agaché y le ofrecí mi mano para ayudarla a subir y Virginia, sin mirarme, estiró su brazo para alcanzarla. Pude notar una sonrisa en sus labios, y cuando estuve en el agua luego de que me jalara, entendí el por qué de su gesto de felicidad.
Me enojó mucho que hubiera hecho eso, pero entendí que lo había hecho de buenas intenciones, así que me relajé y simplemente empecé a nadar. Quise nadar por poco tiempo porque me preocupó que Virginia se enfermara o algo así, pero al verla feliz, nadando también, decidí quedarme un poco más.
Yo salí antes que ella, me quité la campera que tenía puesta y la extendí esperando que se secara aunque sea un poco.
Volvimos completamente mojados, yo con mucho frío porque Virginia se puso mi campera (la obligué).
Llegué a mi casa cuando ya estaba oscureciendo. Tomé una ducha antes de sentarme a estudiar biología pero fue inútil, no pude concentrarme. Me reía solo recordando la caída de Virginia y su astucia para jalarme... y lo bien que la pasé esa tarde.
A la hora de la verdad, en biología, pasó lo que tenía que pasar. Lo poco que respondí no creo que haya sido suficiente. En fin, dentro un rato tengo que ir al colegio para ver mis resultados.
jueves, 15 de noviembre de 2007
Jueves por la tarde, tengo tanto que contar! Antes que nada un informe de la semana: el lunes rendí bastante bien matemática.. no era muy complicado el examen. El martes me fue excelente (inglés), el miércoles tuve geografía… tengo que admitir que no me fue del todo bien, y hoy rendí física.. podría haberme ido mejor.
Ahora sí, gran relato de esta tarde!: Apenas sonó el timbre busqué unos libros de mi casillero y salí del colegio. Estaba algo preocupada por biología (nunca fue mi fuerte). Santiago estaba en la entrada con sus amigos. Intenté no mirarlo. Caminé hacia mi casa. Había dado tan sólo unos pasos cuando Santiago apareció a mi lado. Me preguntó cómo me había ido en el examen. Me sorprendió su actitud, no esperaba ese interés de su parte. Le contesté que bien en un tono de voz algo apagado y le devolví
Me costó reconocerlo de día. Era el mismo lugar de la fiesta de hacía unas semanas. Fuimos hasta el muelle y nos sentamos. Creí que la conversación sería incómoda, pero fluyó como nunca antes. Sentí que lo conocía desde hacía años. Era tan simple, tan fácil estar juntos y hablar.
Pero… era evidente que ese momento no podía ser tan perfecto. Cuando surgió el tema de por qué estábamos allí, de por qué nunca hablábamos en el colegio, Santiago me dio a entender que no hablaba conmigo en público porque sólo era su amiga cuando estábamos solos. A eso le siguió una pelea, y antes de darme cuenta, cuando me paré mientras discutía, me resbalé y caí al lago. Afortunadamente el agua no estaba fría.
Santiago dejó de reírse en cuanto vio mi expresión. Se disculpó al instante y me ofreció su mano para ayudarme a subir. No lo llamaría astucia, de hecho fue bastante inmadura mi acción: tomé su mano y lo tiré al agua conmigo. Después me arrepentí, pero nos divertimos tanto nadando que mis preocupaciones desaparecieron… al igual que mi sentido del tiempo.
Pasaron horas hasta que volvimos. Se había hecho de noche, estábamos empapados y ante el riesgo de que me enfermara Santiago me prestó su campera. Caminamos sin hablar y nos despedimos en la entrada de mi casa. Me sonrió y le devolví
martes, 13 de noviembre de 2007
Hubiera hecho lo mismo con química, porque no fue tan bien en ese examen ...aunque ahora que lo pienso mejor ...creo que ya no debo pedirle apuntes a Virginia. Cuando fui a su casa el sábado y le hice mi pedido, me miró raro, como desilusionada o triste, no sé. Es más, antes de que tuviera la oportunidad de decirle algo, me dijo 'hola' de mala gana ... me quitó las ganas de decirle que me acompañe a un local que abrieron hace poco, uno de malteadas.
domingo, 11 de noviembre de 2007
Sábado
Creo escuchar voces. Hmm. Abro los ojos muy lentamente. La luz me ciega por completo. Pestañeo hasta enfocar
viernes, 9 de noviembre de 2007
miércoles, 7 de noviembre de 2007
Hace un rato volví de la librería (la única librería!) del pueblo: Estuve buscando novelas para entretenerme en el verano... no creo que pueda pasar el tiempo de otra forma. Algo que nunca conté sobre mí: Me encanta leer cuando no tengo nada mejor que hacer. Por lo general no tengo suficiente tiempo durante esta etapa del año, pero en el verano leer es definitivamente mi actividad favorita. Además los bosques de la zona son ideales para relajarse... y suelen ser tan solitarios como yo que no tengo ninguna duda sobre si podré concentrarme =)
Volviendo a los exámenes de fin de curso... hoy rendí lo suficientemente bien como para aprobar. De todas formas... ni que literatura fuera una materia difícil... no sé por qué me esforcé tanto. Debería enfocarme más en otras materias.
Me cansé. Mañana sigo escribiendo.
El resto del día me la pasé buscando los apuntes que me faltaban de Historia Mundial. Quiero, al menos, tener todos los temas para aumentar mis posibilidades de aprobar.
Viendo el horario de los exámenes ...veo que lo más fácil ya pasó. Me faltan rendir las materias más complicadas ...química, matemática, física y biología ...
Mejor me voy a estudiar
martes, 6 de noviembre de 2007
Ayer vi a Santiago... sentí que me esquivó por completo. Igual yo tampoco me sentía con ganas de hablar. Por momentos siento algo, una fuerza que me atrae: Quiero hablarle, quiero estar con él... pero lo pienso de nuevo y no me siento lo suficientemente cómoda como para compartir con él partes de mi vida. A veces estoy tan segura de acercarme y... simplemente hablarle, pero cuando reacciona así, distante, después de una conversación importante me arrepiento por completo.
Tengo el presentimiento de que no me va a ir del todo bien en estos exámenes. Si tan sólo pudiera ponerme al día con.. -tengo que admitirlo- la mayoría de las materias, quizás podría terminar bien el año. De todas formas nadie puede culparme... es imposible estudiar todo lo visto en un año escolar entero en tan solo tres meses! (Mi programa era bastante distinto)
Demasiadas preocupaciones en mi mente. Ya estoy cansada y ni siquiera empecé a rendir.
domingo, 4 de noviembre de 2007
Además de ese problema, tengo otro: No quiero ir mañana al colegio. El viernes en la noche luego de volver del lago, me puse a pensar en Virginia ...y no sé, quizás compartimos un momento demasiado cercano. Me siento incómodo al pensar que la tengo que volver a ver luego de algo así ...
¡Aahh! ...¿Por qué me siento incómodo al pensar en ella? ¿Qué me pasa?
sábado, 3 de noviembre de 2007
No quiero empezar esta semana. Se acercan los exámenes finales y mis notas empeoran de a poco. Quisiera estudiar con alguien, necesito ayuda.
Intentando relajarme, hoy me quedé todo el día en mi cama mirando películas. Al fin tuve mi premio (y libre de culpa). Un único tema me preocupa… no puedo dejar de pensar en Santiago! No sé que hacer, siento que la noche de ayer significó un avance importante en nuestra “relación”, y me preocupa que retrocedamos. Me asusta no saber que va a pasar… y pasar el verano estudiando..
viernes, 2 de noviembre de 2007
No me entusiasmaba ir, pero todos iban y no quería dejar de ser parte.
Estuvimos hablando un rato y luego prendieron una fogata. Fui a buscar algunas ramas para avivar el fuego, cuando vi algo moviéndose en el suelo que me hizo recordar a mi hámster. Simplemente dejó de estar tan activo y presentí que estaba enfermo así que lo llevé al veterinario. Avergonzado, vino a mi memoria el recuerdo de las lágrimas que recorrieron mi rostro la noche que murió.
Miré hacia un lado mientras volvía con las ramas, y vi la silueta de Virginia sentada en el muelle. Estaba sola mirando el lago. Pensé que podría estar con alguien que se había ido unos momentos, pero pasados unos minutos nadie apareció. Comprendí que si estaba ahí, completamente sola, necesitaba compañía. Me acerqué lentamente y me senté a su lado en silencio.
"No sé qué decir", me dijo luego de cerrar su boca al intentar decir algo. Traté de consolarla, pero nunca fui muy experto en estos temas. Creo que fallé al decirle algunas cosas de las que no tuve respuesta.
Aunque no estábamos hablando, me quedé mirándola y por primera vez me di cuenta de lo linda que era. Empecé a escucharla hablar de un tema del que yo no hablaría en su situación. Me contó que su madre la había abandonado cuando era chica, y que había sido su padre el que la crió. Me dijo también, que se sentía muy mal porque estaba peleada con él y no tenía con quien hablar.
Luego de algo así, me quedé sin palabras. No sabía qué decir. Pero para mi fortuna, una ligera lluvia empezó a caer sobre nosotros. Me levanté rápidamente y la ayudé a incorporarse. Caminamos de prisa para evitar mojarnos más. Caminamos bajo la lluvia en silencio hasta que llegamos a su casa, entonces me despedí de ella con un beso en la mejilla para luego entrar en la mía. Cerré la puerta detrás de mí y me apoyé contra la fría madera pensando.. era la primera vez que la besaba en la mejilla.
Me habían invitado a una fiesta cerca de un lago. No tenía la menor intención de ir hasta que Jenny me preguntó en el colegio -delante de todos- si iba. Me sentí muy obligada a decir que sí... luego se me ocurriría alguna excusa para no ir. Era viernes, y si sobrevivía a la semana mi premio era caminar en pijama por la casa con una taza de capuchino y mirar películas recostada en mi cama hasta que me venciera el sueño. Apenas llegué a mi casa me preparé un café y estaba eligiendo una película para la noche cuando un sentimiento de culpa me invadió por completo. Quizás mi actitud no era la mejor si deseaba hacerme amigas. De todas formas nunca me sentí identificada con las chicas de mi curso, pero no soy quien para juzgarlas si no me doy la oportunidad de conocerlas. Subí a mi cuarto lo más rápido que pude, cerré la puerta y miré mi placard. Supongo que pasé más de una hora y media buscando entre mi ropa algo que pudiera usar, porque cuando me decidí por un par de jeans y una de mis remeras favoritas.. estaba oscureciendo
Salí de la casa y me crucé con mi papá en el porche. Hacía dos días habíamos tenido una pelea importante y todavía seguíamos sin hablarnos. Hubo un silencio incómodo. Lo saludé, pero no me contestó. Entró a la casa y cerró la puerta sin mirarme. La noche pasó lenta. Estaba triste y molesta. Quería salir corriendo. Más sola no podía sentirme. Mis compañeros habían encendido una fogata y me alejé. Fui a sentarme en el muelle y miré el agua fijamente. Me pregunté si alguien notaría mi ausencia. No habían pasado cinco minutos cuando Santiago se acercó. Nos miramos y supe que él sabía que yo no quería estar ahí. Se sentó a mi lado, ninguno habló. De pronto lo entendí. Necesitaba hablar con alguien. El único contacto que mantenía con mis amigos era vía mail, tenía que decir lo que sentía a alguien real. Lo miré y dejó de observar el movimiento del agua para concentrarse en mí. Separé mis labios para decir algo, pero me arrepentí y cerré la boca al instante.
-Estabas tan cerca.- dijo desilusionado. Me reí y él también.
-No sé que decir.
-¿Por qué te alejaste del grupo?
Levanté mis hombros y los dejé caer con un suave movimiento.
-No tienes que decirme qué sucede si no quieres.
Creí que había vuelto a mirar el agua, pero su mirada todavía me envolvía. Por primera vez en mucho tiempo no dudé de alguien. Quería ser completamente sincera con él. Algo más fuerte que confianza se apoderó de mí y las palabras fluyeron cada vez con más facilidad. Hablé con un chico que poco conocía sobre un tema que había ocultado durante demasiados años: mi mamá. Todavía a mí me costaba creer que me hubiera abandonado. Le conté que apenas tenía memorias de ella, que mi papá fue quien me crió y lo mucho que me dolía estar peleada con él, porque en este momento no tenía nadie más con quien hablar. Deseaba tanto que ella todavía estuviera. Por alguna extraña razón no sentí rencor al pensar en lo mucho que siempre la necesité.
Una lluvia suave nos empezó a cubrir y me levanté para regresar, pero él fue más rápido que yo y antes de que diera el primer paso me tomó decidido de ambas manos, se acercó y me susurró al oído que siempre iba a estar para escucharme cuando necesitara a alguien. Luego me soltó con delicadeza y mis brazos cayeron atónitos a mis costados. Caminamos en silencio y de prisa. Me acompañó hasta la entrada de mi casa y luego de besarme en la mejilla se despidió sonriendo.
lunes, 22 de octubre de 2007
Hoy sí tengo más tiempo
Han pasado 7 días desde lo sucedido en el bosque. Lamentablemente nuestro trabajo no salió tan bien y me he empezado a preocupar: quizás deba dar el curso en vacaciones ...si es así mis planes de verano están arruinados. Pero no lo creo, estudiaré y listo (no puede ser tan difícil ...)
Esta semana empezó la temporada de lluvias. El miércoles por la tarde fueron excesivas. Me mojé por completo =)
El lunes me di cuenta de algo: Estaba en clase conversando con mis amigos cuando me acordé de que tenía que hablar con Virgnia acerca del trabajo de biología. Cuando se los comenté se sorprendieron y desde entonces nos miran de manera extraña a ambos. Por suerte no les comenté la salida al bosque.
Por otro lado, creo que mi hamster se enfermó. Lo noté débil y apenas se movía. Ya lo llevé al veterinario y dieron unas medicinas para que mejore.
Ayer vi a Virginia salir de su casa y me pareció que se había cortado el pelo.
sábado, 20 de octubre de 2007
Soñé con Santiago. Necesito escribir sobre esto. Todavía me tiembla todo el cuerpo. Para empezar, ayer me acosté como cualquier otra noche. Estaba relajada, había dejado un poco entreabiertas las cortinas de mi cuarto para que la oscuridad no fuera total. De a poco me fui durmiendo. De pronto me encontraba en una cabaña que me resultaba conocida. Había un cuarto que se parecía bastante a mi habitación anterior. Estaba recostada en la cama y Santiago me despertaba entusiasmado. Me tomaba de la mano e insistía en que lo acompañara afuera. Hacía frío, pero lo seguía y al salir afuera observé los delicados copos de nieve que caían desde un cielo completamente celeste y despejado. Era mágico… pero lo que más me asombraba era la naturalidad con la que luego me abrazaba.
jueves, 18 de octubre de 2007
domingo, 14 de octubre de 2007
No sé como empezar! Tengo tanto que decir. Antes que nada: el viernes Santiago me preguntó si me parecía bien ir al día siguiente al bosque para hacer el trabajo de biología. Me sorprendió muchísimo. No esperaba que se encargara él de organizar nuestra salida: teníamos que buscar hojas de distintos árboles para el proyecto. Entonces el sábado, después de almorzar, tocó el timbre de mi casa -sin previo aviso- y me preguntó si estaba lista para salir. Nadie en mi lugar hubiera estado listo, pero yo ya tenía una mochila lista con varios mapas, una brújula, un abrigo, sodas, galletas y mi celular por si nos pasaba algo. Sólo debía calzarme (lo que me llevó menos de un minuto), y al fin partimos hacia el bosque. Mi papá estaba de viaje y volvía la noche siguiente, así que ni me molesté en dejar una nota. En el camino apenas hablamos. Comentamos ciertas cosas sobre el trabajo pero nada más.
Al fin llegamos al bosque y empezamos a buscar diferentes hojas. Estaba tan entusiasmada que perdí por completo el sentido de la orientación, lo que me obligó a confiar en Santiago. Cuando me pareció que nos estábamos internando demasiado entre los árboles intenté convencerlo de volver, pero me ignoró por completo. Lo seguí unos minutos más, y en cuanto encontramos suficientes hojas le rogué que volviéramos. Terrible error confiar en un chico. Obviamente él se había distraído más que yo: No tenía la menor idea de en que dirección era la salida! Así que saqué de mi mochila la brújula y tres mapas e intenté entender los mil caminos, senderos y direcciones que estaban indicados. Estaba sentada en el suelo observando un recorrido que me resultaba conocido cuando Santiago insultó mi plan. Luego de eso siguió una pelea. Estábamos perdidos y no quería admitirlo! Lo obligué a sentarse a mi lado e intentar encontrar el camino de regreso, pero no se esforzó en absoluto. Luego de unos minutos pareció preocuparse. Había anochecido y apenas podíamos ver nuestros alrededores. Me asusté y comencé a caminar por el único sendero que se distinguía en medio de esa negrura. Noté como me seguía unos metros atrás hasta que me alcanzó, pero llegó un punto en que ambos debimos detenernos, porque el camino era demasiado confuso. Cansados de caminar y yo al menos de intentar salir de ahí, nos sentamos separados bajo un árbol en silencio. Podríamos haber pasado la noche entera sin decirnos nada, pero dos palabras escaparon automáticamente de mi boca. Tengo miedo, susurré. De pronto, pero tan sólo un instante, sentí su mano rozar la mía. Hubiera sido muy incómodo volver al silencio anterior así que dejamos que la conversación fluyera. Hablamos un poco del colegio, algo de nuestras mascotas, y cuando estaba contándole lo mucho que extrañaba a mis amigos, vi moverse algo cerca de nosotros y grité impulsivamente. Me paré para salir corriendo y Santiago también se levantó del suelo. Señalé con mi dedo a una criatura que nos observaba desde un tronco caído. Santiago no paró de reírse por minutos… al parecer las ardillas eran comunes en los bosques y nada de que asustarse.
Luego del vergonzoso incidente nos sentamos uno al lado del otro. Abrí mi mochila y le ofrecí un paquete de galletas y una soda. Comimos en silencio y más tarde nos recostamos (bastante juntos) en el suelo. Observamos el cielo, las estrellas, y no recuerdo más de esa noche. Seguro me dormí al instante.
Al día siguiente me levanté apenas abrí los ojos. Tomé mis mapas y no paré de analizarlos. Luego de dos horas Santiago despertó. Le comenté mis tres caminos posibles para volver a la entrada del bosque y al fin partimos. Llegamos cerca del mediodía. Se ofreció a explicarle a mi papá lo sucedido, pero como todavía no había vuelto de la ciudad no estaba enterado… y tampoco iba a estarlo. Ya en la puerta de mi casa nos despedimos prometiendo que todo lo que había pasado quedaba entre nosotros.
Jamás vuelvo al bosque!
Fui con Virginia a hacer lo de biología el sábado a eso de las 2:30. En mi mochila llevaba mi cuaderno de apuntes, el libro de biología y una botella con agua. No tenía ni ganas de hacer el trabajo, pero al menos a la noche iba a ir donde unos amigos ver unas películas. Pasé a buscar a Virginia por su casa y luego nos dirigimos hacia el bosque mientras ella me hablaba sobre las hojas que teníamos que buscar. No pudimos hallar rápidamente las hojas que necesitamos para el trabajo, por lo que empezamos a adentrarnos más entre los árboles. Virginia me empezó a molestar porque decía que ya nos habíamos alejado mucho de los perímetros del bosque. No le hice caso y seguí caminando. Pudimos hallar las hojas, pero al querer volver nos dimos cuenta que no sabíamos el camino de vuelta. Virginia me empezó a llamar la atención puesto que no le había hecho caso y empezó a sacar unos mapas y una brújula. Le dije que guardara esas tonterías que no servían de nada y ella se enfureció y me empezó a decir que me callara que estábamos perdidos por mi culpa y no sé cuántas cosas más. Jamás pensé que ella podía hablar de esa manera o debería decir "gritar" de esa manera. A regañadientes tuve que ver los mapas, pero no sirvió de nada. Eran todos confusos. Vi mi reloj pero se me dificultó ver la hora porque había poca luz y fue ahí cuando me di cuenta que estaba oscureciendo y que seguíamos en ese bosque sin saber cómo salir. Virginia después de ver los mapas por enésima vez, empezó a caminar en una dirección y no me quedó otra opción más que seguirla. Estuvimos un largo rato sin hablar hasta que Virginia se cansó y se sentó bajo un árbol y yo hice lo mismo, porque también estaba agotado. ¿Cuánto tiempo estuvimos en ese árbol sin hablarnos? No lo sé ...lo que si sé es que luego de ese tiempo "muerto" Virginia dijo (no sé si me lo dijo a mi) "tengo miedo". En ese momento recordé que ella no era de este pueblo, que seguro no estaba acostumbrada a los bosques y que lo más probable es que estar en uno en medio de la noche la aterrara. Me invadió un tremendo deseo de protegerla y estiré mi mano para coger la suya. Le dije que no se preocupara, que en este bosque no había ni osos ni víboras. Estuvimos un rato hablando de distintas cosas, cuando de repente, Virginia gritó asustada y se paró a mi lado. Yo me paré también por el susto de su grito y busqué con la mirada el por qué del grito de Virginia. Entonces vi que el dedo tembloroso de Virginia me señalaba algo. Vi lo que me estaba señalando, volteé para mirarla a ella a la cara y empecé a matarme de la risa. No pude aguantar ver a una pequeña ardilla asustada por el grito de Virginia y al mismo tiempo ver la cara de Virginia asustada por la ardilla. Estuve riéndome un rato pero tuve que contenerme porque me pareció que Virginia se estaba enojando aún más porque me estaba riendo de ella. Me senté de nuevo donde había estado antes del grito de Virginia, pero ella se quedo parada un rato viendo a su alrededor. Luego de unos minutos volvió a sentarse, pero esta vez a mi lado. Abrió su mochila y sacó dos paquetes de galletas. Me dio uno. Le ofrecí mi insípida agua pero ella metió su mano nuevamente a su mochila y me ofreció una soda. Comimos en silencio. Cuando Virginia terminó, se paró, dio unos pasos y se tiró al suelo mirando hacia arriba. "Nunca vi así las estrellas" dijo ...y yo sacudí mi cabeza en señal de afirmación. Me acerqué a ella y me recosté a su lado mirando el cielo. Ahí echado a su lado terminé mi última galleta y había empezado a sacar mi abrigo de mi maleta cuando sentí que Virginia se había recostado en mí. La tapé con el abrigo que había sacado y cerré los ojos para intentar dormir. No sé cómo se pudo dormir tan rápido con el miedo que tenía, pero así fue mejor. Hubiera sido incómodo estar con ella asustada, porque no me iba a dejar dormir ...no, no creo que ella me hubiera dicho que me quedara despierto pero si me lo hubiera pedido lo hubiera hecho. Cuando desperté ella ya no estaba recostada sobre mí, estaba sentada un poco más allá viendo los mapas. Cuando me vio levantado se enrojeció un poco y me dijo sin mirarme que había entendido los mapas, y que ya tenía una idea de cómo salir. Tenía razón. Tenía "una idea". Estuvimos caminando como tres horas pero finalmente pudimos salir. Le dije que iba a ir a su casa para explicarle a su padre lo que había sucedido pero me dijo que no eran necesario, que estaba de viaje. Me preguntó por los mios y le dije que se suponía que me iba a quedar a dormir donde unos amigos así que no había problemas. Me despedí de Virginia con el acuerdo de no contarle esto a nadie y de reunirnos otro día para terminar el trabajo de biología.
jueves, 11 de octubre de 2007
Jueves. Días que no escribo. El martes pasó algo inesperado: en clase de biología armaron grupos de 4 para un proyecto. Tengo que estar con Santiago, otro chico y una chica. No sé si estar contenta o no. Por un lado me gustaría trabajar con él, pero tengo miedo de que la situación entre los dos se vuelva más incómoda. Tengo que irme, llego tarde a clases.
miércoles, 10 de octubre de 2007
Cuando nos reunimos para hablar sobre cómo íbamos a trabajar, Nico y Lili, que son muy amigos, decidieron dividir el trabajo: ellos dos iban a ir al bosque de pinos (oeste del pueblo) y Virginia y yo tendríamos que ir al bosque de caducifolios (sureste)
La verdad estoy preocupado… sólo he ido a ese bosque 2 veces y siempre acompañado. Y para colmo, Virginia conoce menos que yo esa zona.
Saliendo del tema académico, si bien nos sentamos juntos los cuatro, no crucé palabra alguna con Virginia directamente. Ni hemos acordado cuándo vamos a ir a hacer el estudio. Ojalá todo salga bien, este trabajo tiene bastante peso en la nota final…si salgo mal probablemente tenga que rendir biología en vacaciones.
Dentro de poco tengo que ir al colegio... hoy me levanté re-temprano, no sé por qué... hay algo que me incomoda inconscientemente creo...
lunes, 8 de octubre de 2007
Llegué hace una hora y me puse a tocar el piano. Me relajó, pero no lo suficiente como para evitar mirar desde la ventana al cuarto de al lado.
Estaba saliendo para ir al colegio, cuando vi que de la casa vecina salía la chica que me despertó en el bosque (recién hoy averigüé que se llama Virginia), nuestras miradas coincidieron por un instante, que en lo personal, me pareció bastante. Sin embargo, llegó un momento que no pude resistir verla más y tuve que bajar la mirada. Sentí que la suya era más fuerte, de más carácter y "me vencía".
Bajé los escalones de la entrada de mi casa y empecé a caminar hacia el colegio. Pude ver como ella también empezaba a bajar los escalones de la suya. No me atreví a voltear, aunque me pasé todo el camino pensando en cómo mirar hacia atrás sin que ella se diera cuenta de lo que hacía.
Cuando llegué al colegio, me senté en una banca desde la que se veía la puerta de entrada. Y me sorprendió que Virginia llegara unos 5 minutos después, cuando sólo le llevaba unos pocos pasos de ventaja. Apenas la vi llegar, fui donde mis amigos, que me preguntaron por qué me había sentado en la banca. Les dije que me había dado un mareo, pero nadie me creyó ni se preocupó por mí. Con lo bromistas que somos en el grupo, yo tampoco les hubiera creído ...¿o sí?
Las clases del día fueron normales para mí, excepto por esa carga de haber bajado la mirada y de no haberla saludado a pesar de haber estado juntos un rato el sábado en el bosque.
Algo sobre el domingo: mientras descansaba en mi cuarto escuché una melodía que me capturó. Venía de un piano, parecía Virginia; al menos sonaba como lo había imaginado.
sábado, 6 de octubre de 2007
Volvimos caminando juntos, pero apenas hablamos. Me puse triste, quería que compartiera más de su historia conmigo. Como la situación se tornaba incómoda, se desvió y entró a una tienda del centro comercial. Yo me volví sola y más tarde lo vi llegar a la casa. Me escondí, porque noté que desde afuera miraba hacia mi cuarto. Quería volver a hablar con él, pero no presentí que estuviera muy interesado en conocerme. En fin, no iba a insistir, ni siquiera sabe que somos vecinos.
Fui caminando mientras respiraba "el fresco" de la mañana. Llegué a donde siempre me ha gustado ir. Esa parte del bosque: hay una especie de hueco entre los árboles donde me puedo echar y entro perfectamente. Parece mi cama natural. Ese lugar siempre me ayuda a aclarar mis ideas y a calmarme en momentos de enojo.
Empecé a hacer unos trazos desordenados para afinar la punta del lápiz y calentar un poco mi mano... no confiaba en mi pulso después de tanto tiempo.
Comencé a dibujar lo que estaba frente a mí hasta terminarlo. Me sentí feliz: había olvidado lo satisfactorio que era terminar un dibujo.
Contemplé un rato el cielo, pero poco a poco mi visión se fue nublando y mis párpados empezaron a cerrarse. Me quedé dormido.
No tengo idea cuánto tiempo estuve ahí tirado en la tierra hasta que un ruido me despertó. Abrí los ojos y vi a una chica de cabello largo, oscuro.
"Me gustan tus dibujos", dijo.
¿Quién se había creído para estar espiándome? ¿Qué tenía que estar ella viendo mis dibujos, qué hacía arrodillada junto a mí?
Me levanté rápidamente mientras guardaba todo en mi mochila.
Cuando terminé la miré, y me dí cuenta de su piel pálida y sus ojos verdes... era la chica del colegio, la nueva.
¿Qué hacías junto a mí, me querías quitar algo o qué? - le increpé fuertemente.
Intentó responderme pero sólo balbuceó unas palabras que no entendí. Inmediatamente se volteó y empezó a correr, y fue en ese momento que me di cuenta de mi terrible reacción.
Empecé a perseguirla diciéndole que pare, y lo hizo pero no por mí: se cayó. Tuvo suerte de caerse en una zona donde abundaba el pasto. Sólo manchó un poco su ropa de verde.
La ayudé a pararse al mismo tiempo que le pedía perdón por mi reacción. "Creo que fue la sorpresa de que me despertaras lo que me puso así", ella se tranquilizó y me quitó el sentimiento de culpa por su caída.
Aunque se paró con mi ayuda, se sentó porque estaba un poco adolorida. No se me ocurrió mejor idea que ofrecerle agua que traía conmigo. Me lo agradeció.
Estuvimos hablando un rato sobre nosotros. Me enteré que se había mudado hace poco y que por eso había entrado al colegio casi a fin de año. Me contó también de su gata y de su afición por el piano y su incipiente fotografía. Y luego.. empezó a preguntar sobre mí; la noté interesada así que le conté algunas cosas. No podía crear la atención que ponía a cada palabra que decía.
Quise quedarme más tiempo, pero tenía que irme. Se estaba haciendo tarde. Ella al parecer iba al mismo lugar que yo, pero quise comprar algo y me fui hacia las tiendas. Creo que noté cierta decepción en su cara, lo que me confundió.
Luego de comprar, cuando volvía miré la casa del vecino y vi a alguien que se ocultaba rápidamente detrás de las cortinas ...¿podrá ser que ella?... creí reconocerla, pero... no, no lo creo.
viernes, 5 de octubre de 2007
Ya perdí la cuenta de los días. Viernes, terminé la primera semana de colegio. No estuvo nada mal. Hice amigas, el pueblo me gusta y mi cuarto más todavía. Estoy muy relajada, no me cuesta seguir el ritmo de las clases y tengo tiempo para practicar piano. Algo que nunca mencioné: toco desde los 8 años. Hubo una etapa en la que dejó de gustarme, pero ahora la música lo es todo para mí. Me encanta crear de la nada algo que sea sólo mío.
Quiero contar sobre el miércoles, fue un día diferente. Un chico llegó tarde a clases; alto, de pelo castaño, piel bronceada, y ojos claros, color miel creo, son muy raros.. pero atrayentes sin duda.
Me distraje. Estaba escribiendo: entró apurado, se resbaló y cayó al suelo. Mientras todos se reían yo me quedé pensando. Me hizo acordar a una vez que caí al suelo de chica y mis compañeros se rieron. Sentí tanta vergüenza! Y en ese instante sentí pena por él, pero al parecer le afectó poco, se levantó como si nada, sonrió y agradeció (?) antes de sentarse. Terminó el día bastante rápido, me volví a mi casa y dos horas después vi entrar al mismo chico en la casa de al lado. Supongo que entonces es mi vecino. Quisiera hablar con él, pero no me gustó nada como me miró luego de caerse. Ojalá no se sienta mal.
Cambiando de tema... mañana salgo a recorrer un poco más el lugar. Quiero conocer los bosques de los alrededores, presiento que podría inspirarme.
jueves, 4 de octubre de 2007
Ayer fue un día para el olvido. Como no llevé a reparar mi mochila, he estado yendo con mis cosas en la mano. Cuando ingresé al salón (un poco tarde) no me di cuenta que el piso estaba mojado: mi pie se deslizó con el agua, y cuando me quise apoyar sobre la mesa para no caerme, mi mano cercana a ésta estaba sosteniendo los libros, por lo que no me pude coger de nada y caí sentado. Pos suerte apenas me mojé. Tenía que pararme, no podía quedarme ahí para siempre, pero no quería por todas las risas. Sin embargo, me paré levantando los brazos (simulando triunfo) y diciendo "gracias". Ahora, lo que me enojó fue que esa chica nueva no se estaba riendo. ¡Era la única! ...hasta el profesor se estaba aguantando la risa. ¿Acaso sentía lástima de mí o qué?
Hoy fui viendo cada centímetro delante mío para ver si había alguna cosa que pudiera atentar contra mi equilibrio. Hoy mi nombre cambió a "cuidado te caes".
Ahora que lo pienso, nadie se acercó a ayudarme y nadie me preguntó si estaba bien. Ni mis amigos ...bueno, supongo que yo hubiera hecho lo mismo ...¿o no?
martes, 2 de octubre de 2007
Martes. 3:56 a.m., debo ser la única persona despierta en millas. No puedo dormir. Me quedé leyendo hasta ahora, no sabía que hacer. No se por qué no puedo cerrar los ojos y dejar de pensar, creo que extraño saber que va pasar, cómo me voy a sentir… y no tengo idea de que va a ser de mi día. Me aterra. Quiero un amigo, pido demasiado?
A la noche: tendría que ser más optimista, fue un día bastante agradable. Salí con unas chicas a la tarde. No me siento parte del grupo todavía, pero es cuestión de tiempo. Al menos conozco gente. Me voy a dormir, llevo más de un día y medio despierta.
¿Quién se cambia de colegio en Octubre? ...Seguro la botaron del otro colegio. Me pareció escuchar por ahí que se llama Viviana.
Por otro lado, no había ningún trabajo por entregar ni nada. Me preocupé en vano. Todo el día fue clases normales.
¿Qué pasará hoy? ...sería interesante poder ver el futuro aunque sea sólo un día
lunes, 1 de octubre de 2007
18:09. Estoy bien. No fue la gran cosa. El colegio es grande y entre tantos alumnos pasé desapercibida. Mejor así, no me gusta llamar la atención. Si estuvieran todos alrededor mío estaría incómoda. Conocí a unas chicas, pero ni que nos hubiéramos vuelto amigas tan rápido. En fin, no fue un día malo, por algo tenía que empezar.
domingo, 30 de septiembre de 2007
Hoy es el último día de vacaciones. Mañana volvemos para la última parte del año. Lo bueno de esta última parte es que todo ya es más relajado ...hasta los profes ya están con ganas de clausura ...bueno, casi todos.
Me ha invadido la crisis pre-clases ...¿habrá algún trabajo que no recordé?¿alguna tarea?¿alguna promesa?
En fin, supongo que mañana lo sabré.
Y ahora que recuerdo: no arreglé el cierre de mi mochila, supongo que mañana tendré que llevar mis cosas en la mano.
Camino hacia el centro del pueblo. Hay algunos locales de ropa, una Iglesia, un único colegio, más casas, tiendas, un mercado, en fin… lo básico.
Quisiera conocer a alguien!! No sé que hacer. Hace un rato volví medio aburrida, me puse a escribir.
Mañana ingreso a la escuela. Estoy un poco nerviosa. Quiero distraerme urgentemente.
sábado, 29 de septiembre de 2007
Cuando volvimos algo llamó mi atención, un carro que nunca había visto lleno de cosas estaba yendo rumbo al centro del pueblo. Me pareció que había una chica dentro, pero no estoy seguro. Sin embargo, cuando llegué a mi casa vi el mismo auto, pero ya más vacío. Vecinos nuevos. No me interesa quienes sean. Seguro es una familia aburrida.
El día continuó sin mayor sobresalto, me la pasé viendo televisión. Cuando quise descansar un poco no pude. Al costado estaban, al parecer, clavando algo. Golpeaban y golpeaban, mientras esperaba que se calmara el ruido de los vecinos, me llamaron a comer. Comí, subí y ahora estoy a punto de terminar el día. Espero que mañana los vecinos se callen y dejen descansar.
Cuando vi la casa de lejos me sorprendí. No la imaginaba tan cálida. Ya amueblada sólo tuvimos que acomodar nuestras cosas. Me bajé del auto, tomé una caja con pertenencias y subí las escaleras a mi cuarto. Era lo que más me importaba. Después tendría tiempo para recorrer el resto del lugar. Había espacio suficiente, en verdad no podía quejarme de nada. Era ideal. Maddie se acomodó al instante sobre el colchón y se hizo un ovillo a los pies de la cama. Me senté junto a ella y suspiré. No tenía ánimos para moverme. Apenas me quedaba algo de energía así que me recosté y cerré los ojos hasta oír mi nombre minutos después. Bajé para ayudar a traer las cosas que quedaban y luego de una cena rápida subí a mi habitación nuevamente. Encendí la computadora y acá estoy, escribiendo. Ya me voy a dormir. Estoy muy cansada. Mañana tengo que terminar de acomodar mi cuarto y otras habitaciones más.
viernes, 28 de septiembre de 2007
Ahora al menos voy a tener algo más qué hacer en la computadora, además, creo que es bueno escribir para tener los hechos que han pasado. Tal vez dentro de un tiempo necesite saber qué fue lo que pasó, y desde cuando empezó (porque hay veces que uno no se da cuenta cuando es que comienzan a pasar cosas grandes).
No se cómo empezar mi historia, especialmente porque todavía no comienza. Casi es medianoche y no tengo nada mejor que hacer que sentarme frente a la computadora con una taza de café y reflexionar sobre mí. Este es mi primer intento de blog en 17 años. Honestamente no sé que espero lograr, quizás descubrirme un poco más. Equivocarme muy seguido es uno de mis mayores defectos. Siento que nunca entiendo en qué me equivoco, porque cometo los mismos errores de nuevo. No estoy segura de contar sobre mi pasado. La idea es empezar desde cero. Aprovecho esta noche para escribir, porque en unas horas me mudo con mi papá a un pueblo en las afueras… y la computadora es lo único que no empaqué. Hoy en especial me siento muy sola. Mi vida entera, toda mi historia, se remonta a esta cuidad. Es difícil empezar algo nuevo, pero supongo que sólo va a ser algo desconocido las primeras veces. No quiero pensar mucho las cosas: por primera vez voy a esperar que surjan y dejarme llevar.