sábado, 9 de febrero de 2008

Ayer pasé por la casa de Santiago. Estaba tan distante. Le pregunté si quería salir y me dijo que no podía, que estaba por verse con los amigos. Me molestó un poco que ni siquiera propusiera dejarlo para otro día. No entiendo qué le pasa. De lo único que estoy segura es que ahora voy a esperar a que él se acerque. No quiero insistirle.

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