domingo, 18 de noviembre de 2007

Tuve un debate interior antes de hacerlo. Dudé mucho antes de coger el teléfono y arriesgarme a llamar al antiguo número de los vecinos. No estaba seguro si me iba a contestar alguien, especialmente ella. Mi corazón latía rápidamente mientras escuchaba timbrar el teléfono. Cuando contestó mi corazón dio un vuelco. Por el tono de su voz, supe que no esperaba la llamada. Me atreví a presentarme después de haberla escuchado decir 3 veces "aló". Tuve que aclarar mi garganta, pero luego de eso todo fue mejorando. Hablamos por horas, aunque cuando cortamos me pareció poco. Tuve ganas de llamarla de nuevo, pero no me atreví. Cuando me empezaba a vencer el sueño vi que la luz de su cuarto seguía prendida. Sonreí sin saber por qué y me acosté en mi cama, pensando en qué podría estar haciendo Virginia en ese momento.

No hay comentarios: