viernes, 5 de octubre de 2007

Ya perdí la cuenta de los días. Viernes, terminé la primera semana de colegio. No estuvo nada mal. Hice amigas, el pueblo me gusta y mi cuarto más todavía. Estoy muy relajada, no me cuesta seguir el ritmo de las clases y tengo tiempo para practicar piano. Algo que nunca mencioné: toco desde los 8 años. Hubo una etapa en la que dejó de gustarme, pero ahora la música lo es todo para mí. Me encanta crear de la nada algo que sea sólo mío.

Quiero contar sobre el miércoles, fue un día diferente. Un chico llegó tarde a clases; alto, de pelo castaño, piel bronceada, y ojos claros, color miel creo, son muy raros.. pero atrayentes sin duda.
Me distraje. Estaba escribiendo: entró apurado, se resbaló y cayó al suelo. Mientras todos se reían yo me quedé pensando. Me hizo acordar a una vez que caí al suelo de chica y mis compañeros se rieron. Sentí tanta vergüenza! Y en ese instante sentí pena por él, pero al parecer le afectó poco, se levantó como si nada, sonrió y agradeció (?) antes de sentarse. Terminó el día bastante rápido, me volví a mi casa y dos horas después vi entrar al mismo chico en la casa de al lado. Supongo que entonces es mi vecino. Quisiera hablar con él, pero no me gustó nada como me miró luego de caerse. Ojalá no se sienta mal.

Cambiando de tema... mañana salgo a recorrer un poco más el lugar. Quiero conocer los bosques de los alrededores, presiento que podría inspirarme.

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