sábado, 20 de octubre de 2007

Soñé con Santiago. Necesito escribir sobre esto. Todavía me tiembla todo el cuerpo. Para empezar, ayer me acosté como cualquier otra noche. Estaba relajada, había dejado un poco entreabiertas las cortinas de mi cuarto para que la oscuridad no fuera total. De a poco me fui durmiendo. De pronto me encontraba en una cabaña que me resultaba conocida. Había un cuarto que se parecía bastante a mi habitación anterior. Estaba recostada en la cama y Santiago me despertaba entusiasmado. Me tomaba de la mano e insistía en que lo acompañara afuera. Hacía frío, pero lo seguía y al salir afuera observé los delicados copos de nieve que caían desde un cielo completamente celeste y despejado. Era mágico… pero lo que más me asombraba era la naturalidad con la que luego me abrazaba.

No hay comentarios: